Resumen: Planificación y control de una operación TPLO

Los siguientes comentarios se basan en gran medida en el excelente artículo del Prof. Andrea Meyer-Lindenberg y resumen los puntos esenciales.

El examen preliminar preciso y la planificación antes de los procedimientos quirúrgicos, especialmente la osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO) en medicina veterinaria, son cruciales para comprender las condiciones biomecánicas de la articulación de la rodilla y determinar las medidas quirúrgicas correctas. Esto incluye una evaluación integral de la anatomía de las articulaciones, la función muscular y el peso corporal del animal para garantizar una funcionalidad óptima después del procedimiento. Una planificación detallada previene complicaciones postoperatorias y contribuye a la salud y movilidad del animal a largo plazo.

Introducción Planificación y control de una operación TPLO

La medicina veterinaria ha cambiado significativamente en las últimas décadas. En el pasado, la atención se centraba principalmente en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades en animales de granja. Sin embargo, desde mediados del siglo XX, este enfoque se desplazó cada vez más hacia el cuidado de las mascotas, especialmente perros y gatos. Este cambio puede verse en paralelo al desarrollo de la medicina humana, que también ha aumentado las demandas de atención veterinaria de los dueños de animales. Como resultado, hubo una expansión y establecimiento de procedimientos terapéuticos y de diagnóstico avanzados en medicina veterinaria.

La articulación de la rodilla - aspectos anatómicos

La articulación de la rodilla de un perro tiene una estructura análoga a la articulación de la rodilla humana y está formada por los cóndilos del fémur y la tibia. Sin embargo, a diferencia de los humanos, el ligamento cruzado craneal del perro desempeña un papel más central en la estabilidad de la articulación de la rodilla. La lesión de este ligamento puede tener graves consecuencias ya que limita el movimiento hacia adelante de la tibia así como su rotación interna y la hiperextensión de la articulación de la rodilla.

Una característica especial de la articulación de la rodilla del perro es la coactividad muscular, que favorece la estabilidad de la articulación de la rodilla. Músculos como el bíceps femoral y el cuádriceps femoral actúan como agonistas y antagonistas del ligamento cruzado anterior, respectivamente. La carga principal durante la fase de postura y carga del perro la soporta la meseta tibial, que tiene formas cóncavas y convexas según el plano de visión. La inclinación de la meseta tibial da como resultado un empuje hacia adelante de los ligamentos cruzados con cada paso, particularmente el ligamento cruzado craneal.

La alineación anatómica y biomecánica de la meseta tibial juega un papel fundamental en la salud y funcionalidad de la articulación de la rodilla. Las mediciones del ángulo de inclinación de la meseta tibial son cruciales para el diagnóstico y la planificación de procedimientos ortopédicos. Un ángulo de la meseta tibial (TPA) medido correctamente es crucial para el éxito de las intervenciones quirúrgicas; el ángulo ideal para perros sanos suele ser inferior a 20°. Las técnicas de rayos X incorrectas pueden dar lugar a mediciones incorrectas, lo que puede afectar el éxito de una operación.

Mediciones para detectar desviaciones del ángulo de la meseta tibial en el plano lateral.

El ángulo de inclinación de la meseta tibial, también conocido como ángulo de la meseta tibial (TPA), se determina mediante puntos de medición especiales en una imagen de rayos X mediolateral correctamente alineada. El eje de la tibia se representa como una línea recta que va desde el centro del os tali hasta el punto más alto de la tibia entre las tuberosidades intercondíleas. La propia meseta tibial está representada por una línea orientada a la superficie articular medial de la tibia proximal, con los límites de la meseta tibial determinados por puntos de referencia anatómicos.

La pendiente de la meseta tibial (TPS) resulta del ángulo entre el eje tibial y la línea de la meseta tibial. Para garantizar resultados precisos y consistentes, son esenciales radiografías estandarizadas con el posicionamiento correcto del animal. Las técnicas de rayos X incorrectas pueden afectar la visualización de la APT y provocar errores de medición que pueden poner en peligro el éxito de los procedimientos quirúrgicos. El TPA varía entre las diferentes razas de perros y la angulación de las articulaciones de las rodillas también puede ser diferente en las diferentes razas. En perros sanos, la TPA suele estar por debajo de 20°.

Medidas para detectar desviación axial de la tibia en el plano frontal.

El diagnóstico correcto de las desviaciones axiales de la tibia en el plano frontal es crucial para la evaluación y el tratamiento ortopédicos. Hay cuatro aspectos principales a considerar: la altura del ápice, el plano de la desviación, el tamaño de la desviación y la dirección del ápice. El Centro de Rotación de Angulación (CORA) es un punto central que se define por la intersección de las líneas del eje proximal y distal del fémur y la tibia.

Para detectar la torsión tibial, así como las deformidades en varo y valgo, se necesitan radiografías especiales, que se toman en una trayectoria del haz caudocraneal con una angulación de la articulación de la rodilla de aproximadamente 132°. Es importante que la rótula esté situada centralmente en el surco rotuliano y que ciertos marcadores anatómicos, como las fabelas y el borde medial del calcáneo, sean claramente visibles.

Para la medición, se definen puntos específicos para determinar el ángulo tibial proximal medial mecánico (mMPTA) y el ángulo tibial distal medial mecánico (mMDTA) en el plano frontal. El mMPTA promedio es de aproximadamente 90° y el mMDTA es de aproximadamente 93°. No se encontraron diferencias significativas entre las distintas razas de perros en cuanto a estos ángulos.

Planificación y control de una operación TPLO
Planificación y control de una operación TPLO 3

(C) https://todaysveterinarypractice.com/orthopedics/small-animal-cruciate-disease-tibial-plateau-angle/

Rotura del ligamento cruzado craneal: aparición, etiología y patogénesis

La rotura del ligamento cruzado craneal es una afección ortopédica común en perros que suele provocar una cojera importante. A diferencia de los humanos, donde los desgarros del ligamento cruzado suelen ser causados ​​por un traumatismo, en los perros los cambios degenerativos del ligamento son la causa más común. Estos cambios pueden ser desencadenados por una variedad de factores, que incluyen inflamación, procesos inmunológicos, envejecimiento, obesidad, inestabilidades como la luxación rotuliana y desalineaciones de las extremidades.

Una pendiente pronunciada de la meseta tibial también podría predisponer a la rotura del ligamento cruzado. La enfermedad afecta tanto a razas grandes como a razas más pequeñas; las razas más grandes se ven afectadas a edades más tempranas y las razas más pequeñas a menudo se ven afectadas a edades más avanzadas. Sin embargo, no es segura una predisposición racial clara.

Las roturas parciales o completas del ligamento cruzado craneal provocan una creciente inestabilidad de la articulación de la rodilla que, si no se trata, provoca cambios secundarios como osteoartritis y contracción capsular. La rotura del ligamento cruzado a menudo se asocia con daño a la porción caudal del menisco interno, mientras que las lesiones meniscales primarias son raras en los perros.

El diagnóstico se basa en la historia, los síntomas clínicos y los hallazgos de la palpación, siendo el fenómeno del cajón y la prueba de compresión tibial herramientas diagnósticas importantes. Las radiografías en dos planos son esenciales para el diagnóstico y la planificación del tratamiento, y se pueden realizar imágenes por resonancia magnética o artroscopia si hay dudas o para un examen más detallado de las lesiones de menisco.

En cuanto al tratamiento, se han desarrollado numerosos procedimientos quirúrgicos. Básicamente se pueden dividir en aquellos que cambian la estática articular y aquellos que no. El tratamiento quirúrgico suele ser necesario en perros de tamaño mediano a grande debido a las fuertes fuerzas que actúan sobre la articulación. Los métodos convencionales que no cambian la estática de la articulación no siempre tienen éxito porque el material introducido puede romperse o puede producirse una nueva inestabilidad. Por lo tanto, se han desarrollado métodos quirúrgicos específicamente para razas medianas y grandes que cambian la estática de las articulaciones para neutralizar la función del ligamento cruzado craneal y así permitir una mejor estabilidad y curación.

Diagnóstico de rotura del ligamento cruzado anterior

El diagnóstico de rotura del ligamento cruzado anterior en perros se basa en una historia cuidadosa, signos clínicos y hallazgos de palpación minuciosos. Por lo general, el perro presenta una cojera de leve a grave, acompañada de una postura relajada y de puntillas. Al examinar la articulación de la rodilla, puede parecer engrosada y exhibir inestabilidad manifestada por el fenómeno del cajón en el que la tibia puede desplazarse anteriormente en relación con el fémur.

Un método de diagnóstico adicional es la prueba de compresión tibial, en la que la tibia se comprime entre el fémur y el tarso durante la fase de apoyo, lo que normalmente ocurre debido al peso corporal y la contracción del músculo gastrocnemio. Esta prueba simula las fuerzas que actúan sobre la articulación de la rodilla y está diseñada para demostrar inestabilidad deslizando la tibia hacia adelante mientras la articulación del tarso está flexionada.

Para confirmar el diagnóstico y planificar la terapia, se deben tomar radiografías en dos planos. Estos pueden ayudar a identificar cambios secundarios, como un mayor llenado de las articulaciones o la osteoartritis. En casos poco claros o para una evaluación más precisa de las lesiones de menisco, la resonancia magnética también puede ser útil. Esto permite una vista más detallada de la rotura del ligamento cruzado, las lesiones de menisco y cartílago, así como de los cambios en el hueso o el tejido blando circundante. La artroscopia también se puede utilizar para examinar directamente las lesiones de menisco.

Opciones de tratamiento para la rotura del ligamento cruzado anterior

Existen muchos métodos quirúrgicos para el tratamiento de la rotura del ligamento cruzado anterior en perros, que básicamente se pueden dividir en dos categorías: los que modifican la estática articular y los que no la modifican. Estos últimos métodos se dividen a su vez en métodos de reemplazo de ligamentos extracapsulares e intracapsulares. Los métodos tradicionales que no modifican la estática de las articulaciones a menudo no tienen éxito, especialmente en perros de tamaño mediano y grande que pesan más de 20 kg. Pueden surgir problemas debido al desgarro del material utilizado o al aflojamiento de la fijación durante el proceso de curación, lo que puede provocar una nueva cojera y un mayor desarrollo de osteoartritis o daños en los meniscos.

Debido a estos desafíos, se han desarrollado procedimientos que cambian la estática de las articulaciones específicamente para razas de perros medianas y grandes. Estos enfoques consideran la anatomía articular, la función muscular y el peso corporal como un sistema integrado para reemplazar o neutralizar la función del ligamento cruzado craneal, eliminando así la necesidad de reemplazo directo del ligamento cruzado.

Un ejemplo destacado de este método es la osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO), en la que la meseta tibial inclinada caudalmente se altera quirúrgicamente para eliminar la traslación anterior de la tibia (Traslación tibial craneal, CTT). Esto se logra rotando y elevando caudalmente la meseta tibial a través de un corte de sierra semicircular, alterando las relaciones biomecánicas de la articulación de la rodilla para obviar la necesidad de un ligamento cruzado anterior funcional. Después de la operación, el ligamento cruzado caudal asume funciones estabilizadoras adicionales en la articulación de la rodilla, de modo que la articulación permanece funcionalmente estable incluso sin el ligamento cruzado anterior.

Principios de la TPLO

Los principios de la osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO) se basan en cambiar la estática articular y la biomecánica de la articulación de la rodilla. Normalmente, la fuerza de reacción axial durante la carga de peso de las extremidades posteriores está alineada a lo largo del eje longitudinal de la tibia. Cuando esta fuerza golpea la meseta tibial inclinada de craneal a caudal, se convierte en una fuerza de compresión (perpendicular a la meseta tibial) y una fuerza dirigida cranealmente (paralela a la meseta tibial), que desencadena el movimiento hacia adelante de la tibia. Si se rompe el ligamento cruzado craneal, esto conduce inevitablemente a un desplazamiento craneal indeseable de la tibia.

El objetivo de TPLO es eliminar este desplazamiento craneal no deseado. Esto se hace elevando la meseta tibial inclinada caudalmente mediante una osteotomía correctiva especial. Esta elevación altera la inclinación biomecánica de la meseta tibial de modo que se elimina la traslación craneal de la tibia (CTT) y se convierte en un empuje gravitacional. Esta corrección biomecánica conduce a la estabilización de la articulación de la rodilla, reemplazando la función original del ligamento cruzado craneal dañado o desgarrado.

Planificación utilizando la imagen de rayos X y determinación de la rotación requerida de la meseta tibial.

Para realizar una osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO), primero se requieren dos radiografías: una en la trayectoria del haz mediolateral y otra en la craneocaudal. Estas imágenes permiten determinar el grado de rotación de la meseta tibial y las correcciones necesarias del eje. Determinar estos ángulos es crucial para lograr el ajuste correcto de la articulación de la rodilla y cambiar las fuerzas que actúan sobre la meseta tibial para que puedan ser absorbidas por el ligamento cruzado caudal. El objetivo es permitir la compensación muscular durante la fase de carga y así cambiar las condiciones biomecánicas en la articulación de la rodilla para eliminar el desplazamiento anterior de la tibia (Traslación Craneal Tibial, CTT).

El TPLO tiene como objetivo rotar y elevar la meseta caudalmente elevando la meseta tibial inclinada caudalmente utilizando una sierra semicircular personalizada cortada en la tibia proximal. Esto cambia la biomecánica de la articulación de la rodilla para que se produzca estabilidad funcional durante la fase de postura. Al girar la meseta tibial aproximadamente 65°, se elimina el empuje hacia adelante de la tibia, lo que permite que el ligamento cruzado caudal asuma una función estabilizadora adicional.

Es importante que el ligamento cruzado posterior esté intacto, ya que estará sujeto a mayores fuerzas después de la cirugía TPLO. Superar la angulación óptima puede poner en peligro el ligamento cruzado posterior. Por lo tanto, una planificación y ejecución cuidadosas de TPLO es crucial para garantizar una adaptación biomecánica correcta y garantizar la estabilidad a largo plazo de la articulación de la rodilla.

Preparación del paciente y control del procedimiento.

Se requieren instrumentos y precauciones especiales para la preparación y control del procedimiento quirúrgico de una osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO). Además de los instrumentos estándar y las herramientas especiales para la cirugía ósea, como hojas de sierra especiales y plantillas TPLO, para fijar la meseta tibial también se necesitan placas especialmente desarrolladas. Hay varios modelos de placas diferentes, especialmente los sistemas de placas con ángulo estable han demostrado su eficacia.

Antes de la operación, el paciente se prepara quirúrgicamente y se coloca de costado o boca arriba. Después de la preparación, se establece el acceso a la articulación de la rodilla, posiblemente después de una artroscopia previa para evaluar o tratar las lesiones meniscales.

La operación en sí utiliza una plantilla TPLO especial que se fija a la meseta tibial y a la diáfisis tibial mediante dos agujas de Kirschner. Esto permite un control y ajuste precisos del corte de la sierra durante el procedimiento. La plantilla también se utiliza para prevenir o corregir desalineaciones como desviaciones en varo o valgo o torsión de la tibia.

Después de posicionar la plantilla y preparar la tibia, se realiza la osteotomía. La posición exacta y la inclinación del corte de sierra se determinan de antemano para permitir una rotación ideal de la meseta tibial. Después del corte, la meseta tibial se gira en consecuencia y se fija en la posición correcta con una placa TPLO. Es importante asegurarse de que la placa esté correctamente adaptada al hueso y no dañe ninguna estructura articular.

En el posoperatorio se realiza una cuidadosa comprobación mediante rayos X en la trayectoria del haz mediolateral y craneocaudal. Estos registros se utilizan para comprobar el corte de la sierra, la rotación de la meseta tibial, la posición de la placa y los tornillos y las correcciones realizadas. Durante la operación, la posición de los tornillos también se puede comprobar mediante fluoroscopia para evitar una colocación incorrecta.

Por último, son importantes controles radiológicos periódicos para controlar el proceso de curación y la integración del espacio de la osteotomía. La placa TPLO suele permanecer en el cuerpo a menos que surjan complicaciones.

Control intra y postoperatorio de TPLO.

El control intra y postoperatorio de una osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO) es crucial para garantizar el éxito del procedimiento y minimizar las posibles complicaciones. Durante la operación se puede comprobar mediante fluoroscopia la correcta posición de los tornillos mediante un arco en C. Este control es particularmente importante porque el posicionamiento incorrecto de los tornillos, especialmente cuando se utilizan placas con ángulos no estables, es uno de los problemas más comunes con TPLO. Los tornillos que sobresalen de la articulación a menudo deben reposicionarse o reemplazarse por otros más cortos.

Cuando se utilizan placas con ángulo estable, como las que ofrecen empresas como Synthes, la dirección del tornillo ya está especificada, lo que reduce el riesgo de un posicionamiento incorrecto. Sin embargo, es necesario realizar una comprobación cuidadosa ya que pueden producirse errores principalmente debido a una colocación incorrecta de la placa.

Una vez finalizada la operación y el cierre de rutina de la herida, se realiza un examen más detallado mediante rayos X en vistas mediolateral y craneocaudal. Estos registros se utilizan para comprobar el ajuste de la placa y los tornillos, la correcta posición del corte de sierra, la corrección de la meseta tibial y el eje de la tibia. Además, se debe volver a comprobar la rotación de la meseta tibial, especialmente en la zona caudal.

En el postoperatorio se recomiendan controles radiológicos adicionales de la articulación de la rodilla para controlar el proceso de curación y la integración del espacio de la osteotomía. La placa utilizada suele permanecer en el cuerpo a menos que surjan complicaciones específicas.

Descripción general de la planificación y el control de una operación TPLO

Diagrama de flujo de TPLO
Preparación del paciente
Control intraoperatorio (brazo en C)
Realización del TPLO (corte de sierra y rotación)
Control postoperatorio (rayos X)
Proceso de curación y seguimiento.

Resumen Planificación y control de una operación TPLO

  1. La planificación y seguimiento de la cirugía TPLO comienza con un diagnóstico integral y la decisión de que este tratamiento es la mejor opción para el paciente.
  2. La planificación y el control minuciosos incluyen seleccionar el momento adecuado para el procedimiento para garantizar una recuperación óptima.
  3. Antes de la operación, una planificación, preparación y control detallados de una operación TPLO para proporcionar todos los instrumentos y materiales necesarios.
  4. La planificación y control de una operación TPLO también incluye informar al propietario del animal sobre el proceso y la posterior fase de rehabilitación.
  5. Durante la planificación y el control de una operación TPLO, el equipo quirúrgico se reúne e instruye cuidadosamente para garantizar la máxima eficiencia y seguridad.
  6. eficaces de una operación TPLO implican la creación de un plan quirúrgico detallado basado en las características anatómicas individuales del animal.
  7. La planificación y el control de un procedimiento TPLO requiere una determinación precisa del ángulo de rotación de la meseta tibial para lograr los mejores resultados posibles.
  8. Como parte de la planificación y el control de una operación TPLO, la anestesia se selecciona y dosifica cuidadosamente para minimizar los riesgos.
  9. La planificación y el control de la cirugía TPLO incluyen una revisión cuidadosa del posicionamiento del paciente para optimizar el acceso y la visibilidad durante el procedimiento.
  10. exhaustivos de una operación TPLO garantizan que todas las medidas postoperatorias necesarias estén preparadas para promover una recuperación rápida.
  11. La planificación y el control de la cirugía TPLO implica proporcionar recursos para el seguimiento y la atención postoperatoria inmediata.
  12. Durante la planificación y control de la cirugía TPLO, se tienen en cuenta las posibles complicaciones y se desarrollan planes para su manejo.
  13. La planificación y el control de la cirugía TPLO implican una estrecha vigilancia de la pérdida de sangre y los signos vitales durante el procedimiento.
  14. Como parte de la planificación y el control de una operación TPLO, se desarrollan instrucciones específicas de cuidados posteriores para el dueño de la mascota.
  15. La planificación y el seguimiento de la cirugía TPLO incluyen el establecimiento de un plan de seguimiento para controlar la curación y la función de la pierna operada.
  16. La planificación y el control cuidadosos incluyen la selección de la placa y los tornillos óptimos para la fijación.
  17. A la hora de planificar y controlar una operación TPLO, es fundamental determinar con precisión el ángulo de corte de la osteotomía.
  18. La planificación y control de una operación TPLO incluye la determinación preoperatoria de la rotación correcta de la meseta tibial.
  19. Como parte de la planificación y control de una operación TPLO, se evalúa la necesidad de un tratamiento de menisco.
  20. La planificación y el control de una operación TPLO requiere que todas las personas involucradas estén informadas y capacitadas sobre los pasos específicos del procedimiento.
  21. exitosos de la cirugía TPLO requieren una estrategia de manejo del dolor posoperatorio.
  22. La planificación y seguimiento de la cirugía TPLO incluye revisar y ajustar las medidas de fisioterapia en función de la recuperación del perro.
  23. La planificación y el seguimiento integrales incluyen controles radiológicos periódicos para confirmar la posición correcta de los implantes.
  24. La planificación y el seguimiento de la cirugía TPLO requieren una evaluación continua de la función de las extremidades durante el período de rehabilitación.
  25. Durante la planificación y control de una operación TPLO se presta especial atención a la prevención de infecciones.
  26. La planificación y el control de una operación TPLO implica una selección cuidadosa de materiales y equipos para garantizar los mejores resultados quirúrgicos posibles.
  27. Durante la planificación y seguimiento de una operación TPLO, se desarrollan estrategias a largo plazo para la salud y movilidad del perro.
  28. Finalmente, la planificación y el control cuidadosos de una operación TPLO los más altos estándares en la práctica quirúrgica y la atención al paciente.
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